
Ahora bien, el relato también nos da oportunidad para reflexionar sobre la sociedad de aquel tiempo y la que no está tocando vivir.
Párrafos como éste:
—Los hombres se vuelven más listos, pero no mejores —decía el bisabuelo—. Inventan armas terribles para destruirse mutuamente.
—Así las guerras son más cortas —replicaba Federico—, No hay que aguardar siete años para que venga la bendita paz. El mundo está pletórico, y a veces le conviene una sangría.
Han generado una serie de diálogos que nos han llevado a reflexionar sobre el contraste entre el avance del conocimiento y el de la moral y la ética, o plantearnos la cuestión de la brevedad de las guerras, así como la conveniencia de periódicas sangrías en la humanidad.
En resumen, un texto que da mucho juego y que, en mi opinión, es válido para todas las edades.
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